Voy a comenzar por mi experiencia como estudiante de la Licenciatura, en la que me sentía un poco desorientada respecto de mi futura inserción laboral como psicóloga. Tenía todo tipo de prejuicios, que no tenía ningún contacto en el área, que no iba a poder lidiar con tantos problemas por tantas horas al día, que no iba a servir para atender pacientes todo el día y evidentemente era lo que todos hacían al salir de la facultad. En fin, hacia casi cuarto año, el panorama se había vuelto bastante poco alentador, no tenía casi ninguna idea de lo que quería hacer pero una cosa se había vuelto más clara; materias que no me atraían casi nada por su contenido o propuesta, se volvían mucho mas interesante si la “Prof. de prácticos” generaba buen clima y hacía la clase “más dinámica”. Creo que en ese momento empecé a pensar en esto de ser docente en la universidad pero luego, se esfumó de mi cabeza hasta que llegó el momento de cursar la materia “técnicas proyectivas”. La cursada de esta materia resultó ser una experiencia de los mas enriquecedora y descubrí de pronto que las cosas se habían aclarado mucho mas para mí. En una sola cursada me había dado cuenta de lo importante que era tener una buena docente en una materia que te estimule y te aliente a seguir pese a los obstáculos que se pudieran presentar y también se me había abierto frente a mis ojos todo una vertiente de aplicación de la carrera que hasta ese momento no había tenido en cuenta y que hoy en día se convirtió en mi quehacer profesional mas fuerte hasta el momento que es el psicodiagnóstico a través de técnicas. Recuerdo que por mi rendimiento en la cursada, la docente me alentó a que formara parte de la cátedra pero en ese momento debido a cuestiones personales muy fuertes no lo pude hacer.
Luego de esta experiencia, cursé Psicología Educacional con Livia y la experiencia de haber transitado esta materia con ella me resultó realmente interesante, fue la docente que mas me hizo participar en un práctico y fue el empujoncito que me faltaba para decidirme incursionar en la docencia. Pasaron dos años más y una vez recibida (y ya anotada para comenzar con el profesorado), le mandé un mail a la titular de la materia de técnicas comentándole mi interés por pertenecer a la cátedra. La titular me concedió una entrevista a la cuál concurrí llena de expectativas y de miedo también .Luego de la misma , comencé mi recorrido dentro de la cátedra (en el año 2008) , como coayudante durante un año y medio , tiempo en el cual aprendí mucho de mis colegas. Hace un año atrás exactamente, la titular me llama a mi casa y me comenta que existía una posibilidad para que tome mi propia comisión pero que quería saber si “me animaba”, a lo que le respondí que cuente conmigo sin dudarlo. Media horas después, ya tenía la confirmación de este ofrecimiento. Así que este cuatrimestre es el segundo que transito en posición de “docente a cargo de la comisión” con la particularidad de estar a cargo en dos comisiones, lo cual implica el doble de trabajo y de responsabilidad pero también el doble de desafío y satisfacción.
Si tuviera que hacer una observación y caracterizar a mis comisiones, lo primero que viene a mi mente son las grandes diferencias que hay entre las dos ya que mientras que una tiene casi el tope de capacidad de inscripción, es decir 22 alumnos de 25, la otra solamente está compuesta por 10. Este es el primer punto de diferencia y el que a simple vista uno puede detectar. Ahora bien, me centraré en la comisión compuesta por diez alumnas (todas ellas mujeres) que es en la que se realizaron mis prácticas.
Se trata de un grupo en el que hay que insistir mucho para que participen de las actividades pero que, a través de estimularlos con preguntas abiertas que sirvan como guía para el desarrollo de conocimientos, logran finalmente participar de la clase de una manera enérgica muchas veces, generando nuevas preguntas e interesándose generalmente por la práctica profesional de la docente .Asimismo debido a la dinámica que tiene la materia en relación al análisis de un caso, los alumnos trabajan en grupos de 3 o 4 personas como máximo durante todo el cuatrimestre siendo sus producciones evaluadas al finalizar todas las clases y como evaluación final una recopilación a través de un informe grupal que entregan al terminar el cuatrimestre. En este punto se hace necesario resaltar que los alumnos trabajan en grupo de manera ordenada, el clima es de trabajo y de cooperación.
Cabe destacar que todas las opiniones son respetadas por el resto de los compañeros cada vez que se socializan las conclusiones de las actividades prácticas. La relación entre docente y alumnos es cálida, de respeto y confianza.
Por último es importante tener en cuenta el horario de la cursada ya que se desarrolla a partir de las 7:30 de la mañana, lo cual podría causar cierto malestar en los alumnos por el hecho de cursar tan temprano y en aulas sin calefacción alguna en invierno y con vidrios rotos, sin embargo esto no funcionó según mi observación como un obstáculo ya que las alumnas siempre mantuvieron buena asistencia y propiciaron un clima de trabajo sin “quejas” respecto de estas cuestiones.
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